martes, 15 de octubre de 2013

Una tonta.

Ahora te toca a ti decidir. Y soy yo la que se muere por pedir perdón aunque seas tú quien se ha equivocado. Soy yo la que se muere por recuperarte aún a costa de mí misma. Escribo aquí lo que querría decirte. Sé que no lo leerás.
Querría decirte que aún te quiero, que te voy a querer siempre. Que no sé cómo he llegado a quererte tanto. Quizá porque llegaste en el peor momento y fuiste luz. Quizá porque tenía que ser así y como dice Garcilaso "yo no nací sino para quereros". Una vez te dije que daría años de mi vida por tenerte aquí y ahora. Por poder abrazarte. "Pues qué tonta", contestaste.
Eso he sido siempre. Una tonta. Una tonta que te ha querido hasta el final. Que te va a querer también ahora que te vas porque, cariño, intuyo que esta vez vas a decidir que ya no más.
¿Sabes? Te pediría perdón ahora mismo. Te diría que lo siento, que mira cómo estoy. Que te necesito. Que te necesito aquí. Lo haría y renunciaría a todo por ti. Porque no te fueras. Porque esa conocida sensación de terror de cuando te fuiste, ha vuelto. Creo que nunca se ha ido. Creo que esperaba agazapada el momento de volver.
Te buscaría ahora mismo para decírtelo pero si te vas es que realmente vas a ser más feliz así y yo no puedo ni siquiera soportar la idea de quitarte esa posibilidad. No puedo. Ojalá supieras la de veces que te he escrito párrafos enteros en mensajes que no envío. Ojalá supieras cuánto he llorado por ti esta noche. Por mí. Por no ser lo que necesitas en tu vida.
Y no. No tiene nada que ver con ese tipo de amor. Hace tiempo que ya no. Mi guardián, mi compañero. Eso quise que fueras. Aún lo quiero. Pero da igual eso. Da igual todo. Lo único que importa es que decidas ser feliz. Y yo empiece a asumirlo. Cuando te conocí eras "S. Lumberjack" y pensé, qué perfecta coincidencia. Cuesta creer que todo acabe así. Que a Caperucita se la vaya a comer el lobo porque dudo que pueda volver a ser la misma después de ti.
Nada queda por decir. Incluso estando rota te recordaba que te quería. Te lo he dicho siempre y en realidad, dándotelo todo no he pedía nada a cambio. Te lo he dado tan de corazón que por eso ahora no me siento mal pagada. No te siento en deuda.
Tú tenías razón: no se elige a quien se quiere. No te elegí pero decidí dártelo todo. Mi niño, mi bebé, mi cariño. Que la suerte te acompañe y que seas muy feliz.

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