jueves, 3 de octubre de 2013

El tiempo que me doy.



No perdono a la muerte enamorada
no perdono a la vida desatenta
no perdono a la tierra ni a la nada.

Ojitos verdes, mírame. El dolor de no tenerte me dobla. Te echo tanto de menos que a veces creo que te veo y luego no eres tú. Hoy he ido a ver el mar. He ido por ti. Aún te busco donde solías estar. He visto ese estúpido wok takeaway. ¿Cuántas veces que comimos esa basura? ¿Me crees si te digo que no recuerdo por qué? 

No puedo decir nada que no sepas. Porque lo sabes. Sé que lo sabes. Hoy el mar llevaba tu color. Lo has vestido tú para que yo lo viera. El mar me daba paz. Como cuando tú decías: "no va a pasar nada malo, ya lo verás". La misma paz. El mismo color. ¿Sigues cuidándome? Si el mar es tu mensajero, mi regalo te lo llevan sus olas. Sé que te encantaba. 

Perdóname. Perdóname. Y cuando lo hagas, ayúdame a perdonarme. Gracias por el ángel que has mandado en tu lugar. No habría podido sola. Sigo guardando tu secreto. Voy a seguir adelante, escarola. Ayúdame con el dolor. No puedo calmarlo yo sola. Ayúdame a seguir. Cuando den las 00:00 de hoy, se terminó. Este es el tiempo que me doy para llorarte. Este es el tiempo que me doy para llorarnos. Después de todo, siempre fuiste yo. Siempre fui tú. 

Goodbye, April Lady. 






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