viernes, 11 de octubre de 2013

A vosotros.


 
Quiero que se acabe todo ya, no creo que aguante mucho más. Hoy he vuelto a llorar de miedo. Sigo traicionándome a mí misma. Yo no debería estar así. Yo debería ser feliz. Pero aquí todos prometisteis que para siempre y una mierda. Una mierda. A ti es a la única que perdono, ojos verdes. Aunque quizá también te habrías marchado. Y a David. Que por lo menos tuvo la decencia de no prometerme nunca que siempre estaría conmigo.
 
He pasado la vida creyendo que os ibais porque yo no era lo suficiente. Lo suficientemente lista, lo suficientemente divertida, lo suficientemente digna de ser querida. He acabado con eso. Quizá el único que sigue aquí después de todo tenga razón y no sea culpa mía. Quizá es que no hablamos el mismo idioma y vuestro "siempre" sólo significa "mientras me apetezca". Quizá el único que sigue aquí después de todo tenga razón y no debería dejar que volvierais cuando os da la puta gana.
 
Porque hace tiempo que dejé de ser la "muñequita preciosa" de mi gran diablo y no lo seré de nadie más. No soy el accesorio de nadie. No me alejas y me acercas cuando te da la gana. O me quieres en tu vida o no. Pero nunca fui de medias tintas, así de limitada soy y qué le voy a hacer. Vivo conmigo así que más vale que haga las paces con cómo soy.
 
Hoy lloraba de miedo y después sólo de rabia. Porque yo no debería tener miedo. No sabéis lo que es. No tenéis ni puta idea. El miedo constante de perderos. El miedo a estar sola. Gracias. Por convertirme en una persona que llora de miedo. Por todas y cada una de mis pesadillas. Gracias por mentir o, simplemente, por cambiar de opinión. Por nada, en realidad.
 
Al fin y al cabo, mi gran diablo tenía razón. Mi mayor defecto es que soy una egoísta. Me creí cada "te quiero", cada "para siempre" porque era lo que más me convenía. Lo que quería creer. Así que después de todo, supongo que tengo lo que merezco.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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