lunes, 16 de diciembre de 2013

Esa muñeca.


Llevo diez días viniendo aquí, soltándolo todo y borrándolo. No me atrevo a publicar nada. No lo hago, al final. Hoy no puedo más. Necesito sacarlo. Ya saqué una parte por el otro lado pero aquí me siento más a gusto, en medio de todas mis miserias. 

Me juré a mí misma que no volvería a ser un juguete y me he dado cuenta de que es lo que soy ahora. Tanto cuidado, tanto esmero... Ahora soy esa muñeca que coges y dejas cuando te apetece. Supongo que tengo que considerarme afortunada los días que quieres jugar. Pero a veces pienso que ojalá tuviera los cojones de decirte que no. Que se acabó. De romper mis promesas y salir de aquí para siempre. Ojalá fuera fuerte para no necesitarte. Ojalá.

Quizá entonces te darías cuenta de lo que pierdes. Porque no te he pedido nada a cambio y he estado ahí y nadie ha hecho eso por mí y no creo que me equivoque si aseguro que por ti, tampoco. Nada a cambio de todo, ¿eh? Pero no lo ves. Y yo sigo aquí.

Después de todo, ya no voy a preguntar para no escuchar más mentiras. No más. Querer a una persona es algo proactivo no pasivo. No te sientas y "quieres". Querer a una persona se hace sabiendo de su vida. Si puedes ayudar o si simplemente puedes estar ahí. Pero tú no. Al menos conmigo no. Te pones los brotips y demás para otras personas creyendo que sí, que es lo que eres pero mira. Nadie se ha quedado tanto como yo y de mí ya no sabes nada.

No es mi intención sonar a reproche, no lo es. No es culpa tuya, es por mí. Sigo siendo la misma loca. Escribo aquí porque no quiero decírtelo. No me arriesgo a molestarte o hacerte daño. Sigues estando tú por delante. Escribo aquí porque ponerlo en palabras ayuda a no enfadarme por todo el daño. Escribo porque por algún sitio tenía que salir. Escribo porque ya no me da miedo ni morir. Escribo porque no puedo hacer nada y tampoco puedo seguir así. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario