viernes, 6 de diciembre de 2013

Borradores.


A veces cuando entro aquí y veo el número de entradas, me asusto. ¿He escrito tanto? Luego recuerdo que más de la mitad son borradores y me tranquiliza. Tenerlos ahí es una red de seguridad para acordarme de lo mal que he llegado a estar. Tenerlos ahí supone cierto dolor de mí misma. ¿Pero cómo voy a reconciliarme conmigo si voy a borrar todo lo que no me gusta? Los necesito ahí para que me recuerden de dónde vengo. Los necesito ahí para volver a empezar. Leerlos y volver a decir "no, no te voy a borrar". 

Dice Ojos Azules que uso esto de terapia, que no está mal. A veces me da vergüenza que lo lea. Otras, sin más, me da pena. Luego recuerdo que ha vivido lo que escribo en tres dimensiones y me echo a reír. Qué gracia. Cuántas cosas en mi vida que son solo borradores. O porque los eché para atrás cuando salieron o porque nacieron ya así. Supongo que en cierta manera los borradores de mi vida son pequeños monstruos de esos que asaltan cuando llega la noche. Supongo que los borradores de mi vida nunca dejarán de ser eso, borradores. Supongo que los borradores de mi vida... Son tan parte de ella como las publicaciones.



No hay comentarios:

Publicar un comentario