viernes, 3 de enero de 2014

Este no es tu mundo.

Quizá nunca debí entrar. Este no es tu  mundo. Caperucita, te vas a perder. Y así ha sido. Mírame. Me he perdido. Pero si no hubiera entrado no habría encontrado nunca al otro extremo de mi hilo rojo. Si no hubiera entrado no habría encontrado a la luz gigante de un pelirrojo que tiene un alma aún más grande.

Hay tantas cosas que no voy a publicar que al final no sé qué saldrá de todo esto. Sé que si no hubiera entrado probablemente habría muerto este verano. Que no estaría aquí. También me habría evitado tanto dolor que a veces me río. Si hubiera sobrevivido a verano quizás ahora tendría una vida normal, sin tanto dolor y tanta intensidad.

Que lo decía Santa Teresita, en cuanto el amor se dispara, los demás sentimientos lo persiguen. Que he querido con locura y mira. Sigo viva. Por ahora. Quizá no debería haber entrado. Quizá este no es mi mundo. Pero de todos los mundos por los que he pasado, este ha sido en el que más había encajado.

Probablemente todo baje mañana. Probablemente todo sea un mal recuerdo en un par de meses. Y probablemente ese  recuerdo se diluya en los años. Pero lo bueno no. Voy a intentar aferrarme a ello. Solo a eso. Por piedad. Conmigo misma. Ya he perdido la cuenta de las heridas y necesito luz.

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